
El canon académico ha considerado al otro teatro, solo como ritual y ceremonia, que al parecer en nada influencio, ni marco el desarrollo del teatro latinoamericano de años venideros (conquista, colonia e independencia) y mucho menos acepta que existiera alguna influencia de América en el teatro de Europa. A manera de ejemplo, tomemos los escritos del S. XIX, los cuales demarcan un teatro decimonónico con influencias modernistas y de un estilo de posromanticismo y en oposición tenemos LO OTRO: las raíces mesoamericanas y afrodescendientes como parte la bibliografía existente, en la cual contamos con varios ejemplos de obras dramáticas no analizadas en la historiografía oficial
Esos conceptos europeizantes predominan durante cinco siglos, hasta nuestra época en que comienzan a ponerse en duda, y fueron impuestos progresivamente a otras civilizaciones en base a una superioridad técnica. Productos de una peculiar situación histórica y social, portadores de una particular cosmovisión no eran, ni son, lo suficientemente amplios como para poder incluir fenómenos de una cosmovisión diferente o incluso contradictoria.