La violencia sutil
Estreno del Teatro La máscara
Cali - Colombia
El 11 de abril asistí al estreno
del Teatro La Máscara y como si fuera una cosa trivial, me fui a casa
al finalizar la función pero el carácter puramente contingente de la obra, se
fue incrementado en mi inconsciente al mismo tiempo que sutilmente debilitado
por la duda, pensé: tal vez me falta alguna puntada sin zurcir, ya
que en Comprender consiste el primer énfasis de la
tradición trágica y me senté a escribir este texto que hoy quiero
compartirles:
Sinopsis
La obra comienza en la cafetería del teatro.
Una mesa roja barroca
elegantemente servida, personajes impecables esperan la llegada de alguien
mientras una criada, de cofia y organdí con flamantes bandejas de plata,
nos ofrece sandia, fruta que dará paso a la metáfora de la sangre que correrá simbólicamente durante toda la función.
I parte: Ella, la criada de esta
historia nos atiende y entre sonrisas nos
recuerda que tiene por nombre Esperanza, en tanto comienza el gran evento.
Algo genera un ambiente incomodo. Finalmente
una chica de rojo llega apresuradamente
a la mesa y se proyecta un vídeo publicitario de las maravillas de Colombia y su folclor. La chica de rojo es Antígona, ríe a carcajadas con cada frase de cajón de lo pronunciado en
la imagen proyectada. El discurso no se hace esperar. Al finalizar esta escena
un hombre, que es a su vez es el director, Gabriel, nos contextualiza sobre el
acontecimiento que veremos y sus
dificultades teóricas, al fondo se escuchan porros y una pareja baila
sutilmente sobre la mesa roja. Luego somos
invitados a bajar como Antígona a la pesadilla de nuestros muertos.
II parte: Bolsas de basura de todos los
colores llenan el espacio, lentamente se mueve un ser que desconocemos entre
los plásticos, lugares geográficos de masacres son nombrados insistentemente
mientras vocifera improperios contra los asesinos, este muerto –viviente se desliza, se acerca, se agranda… Mas bolsas son tiradas de
otros lados, la incomodidad de los
cuerpos que observan, genera una tensión particular: la tragedia clásica ha muerto y ha empezado nuestra propia tragedia.
El narrador /director con voz conforme, nos
comenta desde arriba que: la tragedia es “la forma de arte que exige la
intolerable carga de la presencia de Dios”
y recordamos que desde fines del siglo XIX se habla de esta muerte
inevitable, debido tal vez al proceso de secularización del mundo actual que se
plantea todo como irreversible. Sin embargo, nos invita a seguir entre muertos
y bolsas, debemos hallar la puerta a la sala, como si entráramos de lleno al siglo XXI, pareciera
que la percepción del mundo y sus valores no resultan tan uniformes como harían
suponer los académicos.
III parte: Todas nuestras Antígonas
Una niña lanzada al río Cauca, quien sabe por qué razones, nos aparece del inframundo y nos habla con su
boca llena de piedras, su cuerpo mojado
intenta explicar la última tarea del colegio mientras que una mujer zurce
su desgracia. En otro momento la criada llamada Esperanza plancha el genocidio de un país que se desangra día a día a los
ojos de los poderosos. Todo en un ambiente
sutilmente violento.
Otra imagen: vemos una gran sandia iluminada como una gran cabeza,
escuchamos la narración de un partido de fútbol, reconocemos los nombres de los
jugadores, son algunos alias de famosos delincuentes.
La sandia es partida en
dos con un hacha por un payaso patético, aludiendo al macabro juego de los
paramilitares con las cabezas de las víctimas; vuelan sus partes como barbarás
alegorías a las memoria sanguinaria de los asesinatos masivos del país, antes
nombrados.
En el siguiente cuadro el
director sube de nuevo al escenario, explica las partes formales de la tragedia, las criadas recogen con sutil
delicadeza en las bandejas de plata los restos de sandia y limpian con cuidado el espacio como si no hubiera pasado nada.. El estomago se nos rebota, la sandia empieza
a tener forma humano y es casi como si hígados y pedazos de cuerpo desmembrados
nos salpicaran en ese instante. Luego desfilan camisas untadas de sangre
en un orden incauto, una radio novela nos cuenta el dolor de los desplazados, el
himno nacional de la República de Colombia se va deformando en el cuerpo
de “Esperanza”.
IV parte Antígona e Ismene bajan
de lo alto y encuentran las botas de su hermano, ellas sueñan con su libertad
pero son sorprendidas por un sonido que les demuestra lo contrario. Su hermano
ha muerto. Sobrevive del dialogo de Antígona e Ismene la conocida sumisión de la mujer como motivo
constante en Sófocles, aquí, el carácter de Ismene queda reflejado al aceptar
esta sumisión como algo insuperable. Antígona finalmente baja al Hades y es ahogada por cuerpos
sutilmente delicados que inundan el escenario mientras se escucha el monologo
final de heroína:
…¡Ay, subterránea morada que siempre más ha de guardarme!
Hacia ti van mis pasos para encontrar a los míos. De ellos, cuantioso número ha
acogido ya Perséfona, todos de miserable muerte muertos: de ellas, la mía es la
ultima y la más miserable…(Antigona, Sofocles,ca 442 a.c)
Las sutilezas
La tragedia de Antígona es hoy
nuestra historia contemporánea, una verdad de apuño ineludible de olvidar; ante nuestros ojos la lucha de Antígona merodea día a día en los noticieros y
diarios del país. No se necesitan hacer grandes esfuerzos para ver la
injusticia cada día, es cada vez más evidente
y cínica en toda la ciudadana colombiana. ¿Pero quién nos la cuenta hoy
de nuevo? pues es, el grupo de planta de la Mascara: Lucy Bolaños, Luz Marina
GIl, Pilar Restrepo, Susana Uribe, Lina Riascos y Sergio Gómez en su última obra de estreno:
el grito de Antígona vs la noda vida, bajo la dirección especial de Gabriel Uribe.
La sutileza del tiempo en el transcurrir de las imágenes es una
característica de la obra, entre la representación y la presentación, lo sutil
de la violencia se deja ver, nos permea como espectadores cada poro del cuerpo.
Definitivamente nos comprueba que nos hemos acostumbrado a esta realidad sutil
de la violencia, tanto que ya se nos
confunde con la ficción entre la radio novela y el partido del fútbol o entre carnavales y reinados teñidos de sangre y
corrupción. ¡Si! , todos estos son lugares comunes de nuestra Colombia, entonces
¿donde estaría lo sutil?
Yo diría que en su trazo, en el
lugar de lo no dicho de los acontecimientos escénicos mientras la
representación baila sobre una mantel rojo un porro colombiano. O en, Esperanza, la criada, de esta historia, la
que plancha la sangre sobre el organdí de nuestra desdicha. Esta sutil violencia la encontramos en el sonido del himno nacional
desentonado y maltrecho dando remedos de
patria rota. También en el lugar del poder que esta de
frente a una mujer que se borda
lentamente su propia memoria, está a su vez donde se alborotan las moscas,
entre cuchillos y moto sierras, evidenciando que nos gobiernan políticos de narices rojas.
Ultima puntada sin dedal
La mujer que zurce cierra el
telón, corta el hilo de la violencia para resolver los preceptos aprendidos, no
sea que tengamos que atestiguar el futuro y recordar el pasado con una mirada
distinta.. Pero, que paso con el hombre
que nos explicaba paso a paso las partes de la tragedia. ¿Qué paso con esa voz que
parecía tener la verdad en la palabra hablada, hacia donde nos conducirá ahora,
porque no aparece para explicar lo acontecido: el sin final evidente.
La función termina, el publico queda inmóvil, impávido sin respiro, Parece
que el grito de la nuda vida a
cubierto de sangre el grito clásico de la tragedia, el dolor moral la ha dejado
sin imágenes, sin palabras, parece que en vez de reflexionar sobre el
nacimiento de la tragedia según Nietzsche, como algún público esperaba,
participamos más bien es de su muerte como lo dijo Steiner hace más de medio
siglo. Sin embargo “La persistencia del tema de Antígona en la
cultura de Occidente en todas sus épocas, a través de innumerables
reelaboraciones en todos los géneros, ha sido señalada por George Steiner como el caso más
extremo y extraordinario de permanencia y reiteración de un tema dramático.
Steiner lo explica atribuyéndolo a que en él se condensan los cinco conflictos
fundamentales que a su juicio dan origen a todas las situaciones dramáticas. El
enfrentamiento entre Antígona y Creonte sobre el destino de los restos de
Polinices plantea a la vez los conflictos entre hombres y mujeres, entre la
vejez y la juventud, entre la sociedad y el individuo, entre los seres humanos
y la divinidad, y entre el mundo de los vivos y el de los muertos.”[1] En la obra que nos
ocupa estas energías filosóficas y poéticas que se exponen
no se aprovechan, aparecen como sugerencias de una separación radical entre la
verdadera tragedia y la supuesta ha ser representada. La voz trágica se empeña en
callar en el teatro. Me atrevería a decir que las causas de dicho silencio son sutilezas sin terminar.
...por zurcir
En la obra de la máscara aparece
más claro el deseo romántico de gozar de los privilegios de grandeza y
sentimiento intenso asociados con el teatro trágico, que el carácter único de
la” alta tragedia”. Pero, detallemos estas diferencias en la escritura dramática; en la tragedia no hay remedos temporales, son únicos
no sólo por su talla, sino también por su forma y su técnica. Al parecer en el
grito de Antígona o la noda vida nos encontramos es ante otra forma de
melodrama.
Recordemos que el Melodrama es casi tragedia: 4 actos de violencia trágica y culpabilidad en un quinto de redención e inocencia recuperada. En contradicción a lo descrito por el narrador /director en la escena cuando recoge delicadamente los pedazos de sandia que han quedado sobre el escenario después de una violento machetazo.
Recordemos que el Melodrama es casi tragedia: 4 actos de violencia trágica y culpabilidad en un quinto de redención e inocencia recuperada. En contradicción a lo descrito por el narrador /director en la escena cuando recoge delicadamente los pedazos de sandia que han quedado sobre el escenario después de una violento machetazo.
Si la acción total de una
tragedia neo clásica se da dentro del lenguaje en esta obra se encontraría entonces, en la voz acomodada del narrador, pero
ella solo nos enuncia reflexiones literarias, casi académicas, sobre la
naturaleza y la elipse de las formas trágicas para luego desaparecer sin compromiso
alguno con lo
creado o reinventado.
¿Cómo así? por obligación debemos perder el hilo de la discusión del poder de Creonte, Hemòn y olvidarnos de Ismene, Eurídice y demás mujeres en la tragedia de Antígona o simplemente debemos pasar por alto la problemática de la justicia en los textos del coro y de Tiresias.
- ¿Será que el accionar de la tragedia la encontramos en el hilo que se corta al final o en la cavada en el patio por Lucy...? pero , como esta parece mas bien, que la acción lo que hace es perpetuar la metáfora..
O estará en el grito ahogado debajo del plástico industrial, pero, entonces ¿porque finalmente calla?
¿Cómo así? por obligación debemos perder el hilo de la discusión del poder de Creonte, Hemòn y olvidarnos de Ismene, Eurídice y demás mujeres en la tragedia de Antígona o simplemente debemos pasar por alto la problemática de la justicia en los textos del coro y de Tiresias.
- ¿Será que el accionar de la tragedia la encontramos en el hilo que se corta al final o en la cavada en el patio por Lucy...? pero , como esta parece mas bien, que la acción lo que hace es perpetuar la metáfora..
O estará en el grito ahogado debajo del plástico industrial, pero, entonces ¿porque finalmente calla?
“solo quien
cumple su deber hasta el sacrificio de los bienes más preciado puede conocer el
valor de lo que pierde” (Antígona de Sófocles 897- 904).
Liliana Alzate Cuervo Cali , abril 22 2013
[1] Steiner, George (2009). Antígonas - La travesía de un mito universal por la filosofía de Occidente. Barcelona: gedisa. ISBN 978-84-9784-356-0