El acto creativo en la gestión cultural
En estos últimos años he tenido el privilegio de dictar dos cursos en la facultad de artes escénicas que tratan el área de la producción teatral. Digo privilegio porque al intentar ordenar o conceptualizar con algún rigor académico mi experiencia como creadora e investigadora artística en un área como la producción, me hizo reflexionar sobre mis experiencias prácticas en gestión y producción a nivel nacional e internacional. Al intentar traspasar este conocimiento a los estudiantes de la licenciatura me encontré con la necesidad de investigar sobre conceptos básicos como cultura, valores, gestión, políticas culturales, industrias culturales, financiamiento, y /o lo que ahora es la economía naranja, .
Quisiera a manera de reflexión académica comentar en este breve texto la experiencia de este proceso en las aulas de clase en la facultad de artes escénicas de la universidad del valle entre 20016-2010 , laboratorios en pedagogía artística universidad pedagógica 2011 y los laboratorios de teatro con comunidad en la pontificia universidad javeriana 2017-2018 y plantear algunas preguntas para reflexionar sobre el tema . en estos tiempos de pandemia donde todos los creadores están volcados a buscar su hacer en las convocatorias del estado para cultura, si antes eran insuficientes, no imgino como sera esa sitematizacion por parte de la política cultural en el 2020.
¿quien se responsabiliza de los fracasos económicos de las propuestas artísticas en un país como el nuestro ? , como compartimos los discursos de producción con los que hemos sobrevivido todos estos años ? ¿Cómo compartirmos los duelos si ni siquiera podemos llorar juntos, que es aquel mínimo sin el cual no hay comunidad que subsista?
Ahí radica la gravedad última de una situación en la que hasta la lectura que de ella hace la clase pensante, los intelectuales y las ciencias sociales, en lugar de contribuir a tejer convergencias, tiende aun a fragmentar y polarizar la sociedad, ya que no hemos logrado poner en común una lectura en la que sea posible dirimir hasta dónde llega lo tolerable y comienza lo intolerable… Jesús Martín-Barbero.
El programa
Partí en los programas de la idea generalizada que hay de que en nuestro país la cultura es la Cenicienta en las políticas y los presupuestos del Estado. aun con la economiza naranja.. seguimos viéndonos como limosneros de los ínfimos presupuestos estatales .Esta creencia crea la conciencia de sub valoración, subordinación y de conformismo frente a las aspiraciones que los ciudadanos tenemos como derechos y deberes en la sociedad. Sin embargo, sin desconocer las limitaciones, existen mecanismos que tanto en el ámbito local, regional como nacional, permiten a los artistas y trabajadores de la cultura acceder a fuentes de recursos para financiar sus proyectos. Pero que son desconocidos en su mayoría por los creadores. solo se apuntan a las mismas, que cada vez son mas recortadas y mas competitivas. creacion, investigcion ,circulacion,
El objetivo de este curso fue entonces conocer en donde están esos recursos proporcionados por el Estado, por la empresa privada, por organizaciones no gubernamentales tanto nacionales como extranjeras y como acceder a ellos mediante el diseño y presentación de proyectos artísticos y culturales regidos por términos de referencia específicos y ajustados a la legislación colombiana sobre estos aspectos.
Primero ahondamos en la importancia de hacer uso de la creatividad en las gestiones de producción y difusión de un evento cultural, segundo el comprender la organicidad caótica de la creación artística como un nuevo orden que intenta romper paradigmas culturales, sociales y políticos. Para llegar en síntesis a la pregunta de siempre ¿Cuál es el compromiso del artista con la gestión y divulgación de su creación?, ¿Que estrategias utiliza? ¿Es el artista responsable de la construcción de un público crítico y reflexivo?
Al aparecer estas preguntas en varias sesiones se hizo evidente la necesidad de profundizar en los distintos temas que nos atañe para la gestión cultural, pero la importancia de abordar la producción teatral como un acto creativo se constituyo de suma relevancia por las particularidades de un país con un contexto cultural tan particular como el nuestro. Siguiendo este orden de aparición de las necesidades el curso ha facilitado una pequeña investigación que privilegia un enfoque socio crítico sobre la realidad de nuestras políticas culturales.
Se instalo en los alumnos una mirada reflexiva y creativa sobre su responsabilidad como licenciados- artistas sobre la gestión y producción del teatro que hacen y harán en su futuro profesional.
En cuatro módulos se reviso un panorama de contenidos como los siguientes: políticas culturales, gestión cultural, fuente de financiamiento, eventos y festivales. Leímos y fueron temas de discusión en nuestras clases: la constitución política del país, la ley nacional de cultura y la ahora actual ley del teatro. Además de ensayos de autores como: Néstor García Canclini, Jesús Martín Barbero y varios textos de ex ministros de cultura como Ramiro Osorio y Juan Luis Mejía sobre políticas culturales.
Asumiendo de manera creativa tanto la profesora como los estudiantes una investigación sobre esta cuestión cultural, que nos guste o no, nos atañe a todos los trabajadores de la cultura. El desarrollo de esta pequeña investigación conjunta nos condujo ha conocer y usar adecuadamente los conceptos como: cultura, políticas, gestión, divulgación, comunicación con el fin de construir una metodología en la elaboración de Proyectos culturales.
Lo cual se reflejo en la comprensión, apropiación y transformación de la realidad cultural de su entorno, en nuestro caso - la facultad de artes escénicas y sus producciones teatrales-. Siempre haciendo énfasis que nuestro acercamiento a los conceptos es diferente por nuestro hacer artístico, y digo diferente separándonos del conocimiento que puede tener un administrador de empresas o un comunicador, un publicista o un gestor cultural; ya que ellos poseen otras herramientas, otras formas de acercarse a la misma problemática.
Sin embargo, este juego de roles entre ser artista y productor al mismo tiempo demostró metodológicamente que es completamente necesario esta combinación. Ya que la realidad misma del artista en nuestro país lo obliga a hacerlo. Pues, generalmente no contamos con las herramientas para competir con las industrias culturales del entorno, pero que sin embargo elaboramos una trascendencia a nivel social mucho más contundente que solamente entrar en el mercado.
En palabras de Canclini: El mercado no puede sedimentar tradiciones, ya que todo lo que produce ``se evapora en el aire'' dada su tendencia estructural a una obsolescencia acelerada y generalizada, no sólo de las cosas sino también de las formas y las instituciones. El mercado no puede crear vínculos sociales, esto es entre sujetos, pues éstos se constituyen en procesos de comunicación de sentido, y el mercado opera anónimamente mediante lógicas de valor que implican intercambios puramente formales, asociaciones y promesas evanescentes que sólo engendran satisfacciones o frustraciones pero nunca sentido. El mercado no puede engendrar innovación social pues ésta presupone diferencias y solidaridades no funcionales, resistencias y disidencias, mientras el mercado trabaja únicamente con rentabilidades.[1]
Esta metodología de desarrollar en los participantes estilos de dirección y liderazgo, creativos, participativos ,críticos en la gestión y producción cultural, genero entre docentes comprometidos y la oficina encargada de producción de los eventos de la facultad cierta incomodidad y obviamente se tomo el camino más fácil ignorar lo que ocurría. Pero esta invisibilización trajo inevitablemente que en algún momento se cruzaran las acciones y se generara conflictos. Por este motivo es necesario recordar que el saber hacer posible proyectos culturales constituye hoy en día una necesidad ineludible para el desarrollo profesional en casi todos los campos de la actividad cultural.
¿Como encontrar el gesto creativo en la economía naranja y la política cultural?
La cultura mantiene, por naturaleza, una relación ambigua con la economía, el comercio, la inversión, la competencia y sus modos y reglas de funcionamiento. Por un lado, la cultura como conjunto de actividades pertenece, a todas luces, al ámbito de la economía en el sentido de que todas las actividades calificadas como culturales –incluso las menos mercantiles y subvencionadas por los poderes públicos pertenecen a la economía, conocen la articulación entre oferta y demanda. Por otro lado, la cultura, en el sentido de la función social que desempeña o del fundamento de identidad que permite, se sale del ámbito económico ya que no es en absoluto una de estas funciones económicas que reúne un conjunto de necesidades humanas a satisfacer, como la alimentación, la salud, el cuidado de la persona o el transporte.
Como testimonio de la creciente importancia que toman estas nociones en los discursos políticos a escala mundial veamos inicialmente como los jefes de los gobiernos mas poderosos en el mundo ( desde el G-8 en Moncton del 1999, Okinawa (2001, hasta la actualidad), han dado un importante impulso en esta reflexión. Los jefes de Estado han señalado en su comunicados, su convicción de que los bienes culturales en ningún caso pueden ser reducidos a su dimensión económica. Afirmaron el derecho de los Estados y de los gobiernos a definir libremente su política cultural y los instrumentos de intervención que en ella concurren y subrayaron su determinación a favorecer el establecimiento de una unión lo más amplia posible en apoyo de la diversidad cultural y a promover la movilización de todos los gobiernos en su favor. Después dedicaron no menos de cuatro párrafos a la diversidad cultural en su comunicado final, declarando, entre otras cosas, que: “... la diversidad cultural es una fuente de dinamismo social y económico que puede enriquecer la vida humana en el siglo XXI suscitando la creatividad y fomentando la innovación. Reconocemos y respetamos la importancia de la diversidad en la expresión lingüística y creadora.
[...] La creciente interacción entre los pueblos, los grupos y los individuos aporta una mayor comprensión y una mayor apreciación de lo que es bueno e interesante en cada cultura. La promoción de la diversidad cultural refuerza el respeto mutuo, la inclusión y la no discriminación y lucha contra el racismo y la xenofobia. [...] Las tecnologías de la información ofrecen a las personas unas perspectivas sin precedentes para crear y compartir el contenido cultural y las ideas, a escala mundial y a bajo costo. La experiencia demuestra que la diversidad puede despertar la curiosidad, engendrar la iniciativa y aportar una contribución útil en las comunidades que buscan mejorar sus economías, en especial, mediante la utilización de los medios extraordinarios que la sociedad de la información pone a su disposición.[...] Para maximizar las ventajas de la interacción cultural, debemos alentar a nuestros pueblos a aprender a vivir juntos, favoreciendo el interés, la comprensión y la aceptación de las culturas diferentes”.
Al situarnos entonces en esta realidad objetiva de la economía mundial pero sin olvidar que estamos en un país como Colombia, fue imprescindible en el seminario no echar mano de las economías alternativas, en nuestro caso fue con Manfred Mac Neff [2] y su acto creativo, con el fin de encontrar entre las dos realidades económicas visiones más fronterizas, menos globalizantes, que se acercaran a la realidad del artista independiente latinoamericano.
Este nuevo estudio nos llevo a entonces otra reflexión también de suma importancia la cultura y los valores. ¿Que estamos entendiendo por cultura y que valor cuantitativo y cualitativo le otorgamos a la ella? ¿Es cultura sinónimo de “alta cultura”?, ¿que tanto nos identifica o nos sirve para la formación de publico?, ¿Cual era el valor que se otorgaba a la cultura y de que tipo de cultura nos referíamos cuando queríamos abordar un proyecto?
Tratando de respondernos estas preguntas en clase y estudiando las diversas definiciones de cultura que hoy existen en nuestra nueva constitución política del 1991: buscamos las diversas definiciones por los ministerios de educación y de cultura, las oficinas de bienestares universitarios, diccionarios, entre otros. Encontrando tristemente que aunque en la carta constitucional se reconozca la diversidad cultural ampliando el concepto de cultura. En la práctica se sigue manejando un concepto de cultura cerrado, univoco, con mentalidad colonialista y segregadora del siglo XIX.
Aun mas ignorante frente a la relación arte- ciencia . Las agendas políticas de ministerios, secretarias de cultura o educación pública y privada, los estamentos internacionales no tienen clara la definición de política cultural ni se acercan a la valoración de culturas e identidades híbridas que nutren el contexto colombiano. Veamos como ejemplo el caso que cita Canclini : Las agendas de los ministros de cultura, así como las de la OEA y otros organismos, siguen organizadas como hace 20 años. Los intercambios culturales entre los países latinoamericanos a nivel interestatal son paupérrimos: se manda a un pianista a cambio de dos pintores, se crea una Casa de la Cultura sin curadurias de los territorios.
Los intercambios culturales mas innovadores e influyentes han sido realizados por dos tipos de actores a los que nadie les encargó hacer política cultural: la televisión, especialmente las cadenas mexicanas, brasileñas y estadounidenses, y los enormes contingentes de emigrantes y exiliados que han creado circuitos de comunicación informal muy significativos entre sus países de origen y de destino. Pero esto no es asumido por ningún tipo de políticas de integración regional. Ha habido propuestas en este sentido realizadas por expertos en reuniones promovidas por la UNESCO o por algunos ministerios de cultura, pero no se han traducido en decisiones políticas. Tal vez sea éste uno de los desafíos más urgentes en América Latina: construir instancias nuevas de circulación de bienes y mensajes culturales, liberar de aranceles la difusión de libros, multiplicar las producciones musicales y cinematográficas, lograr inversiones conjuntas para generar productos representativos de varios países.[3]
Así pues, hablar de cultura implica no olvidar el punto de vista económico sin embargo no es pertinente limitarse a un enfoque económico de la cultura sin tener en cuenta, simultáneamente, un punto de vista propiamente cultural, o a la inversa. Esta elección de una “doble mirada”, de tomar en cuenta al mismo tiempo las dimensiones culturales y económicas se impone cada vez más como una necesidad para el futuro egresado de una carrera como el arte dramatico.
No puede haber políticas sólo nacionales en un tiempo donde las mayores inversiones en cultura y los flujos comunicacionales más influyentes, o sea las industrias culturales, atraviesan fronteras, nos agrupan y conectan en forma globalizada, o al menos por regiones geoculturales o lingüísticas. Esta trans nacionalización crece también, año tras año, con las migraciones internacionales que plantean desafíos inéditos a la gestión de la interculturalidad más allá de las fronteras de cada país. dice Garcia Canclini.
Al llegar a este punto del curso estaba ya mas que confirmada la falta de conceptualización sobre el área y la urgente necesidad de formar profesionales que supieran de Gestión Cultural y Comunicativa, para que consoliden y configuren la profesión con una mínima base conceptual, teórica y practica en cultura y comunicación. Tal vez para que en un futuro contribuyan al desarrollo integral de los teatro colombianos, a la democratización del acceso a los servicios culturales, al fortalecimiento de las identidades y a la organización y desarrollo de los procesos y proyectos culturales a través de nuevas modalidades pedagógicas.
Conclusión
En síntesis lo que realmente se decanta del programa de economía naranja , en la producción en artes escénicas. Es la urgencia por una interrupción artística que debería relacionarse directamente con todos los movimientos sociales y culturales tanto dentro de la academia como en la ciudad y la nación. No solo dentro de las áreas culturales sino en diferentes movimientos que reafirmen una territorialidad o el uso de bienes locales o naturales. En fin con todos los sectores excluidos de la productividad global y que pretendan evidenciar unas practicas hegemónicas o mono tópicas de todos los micros poderes de la “cultura” tanto en las esferas públicas como privadas. El pensamiento instrumental sobre el interés, atento sólo a la racionalidad del éxito económico y macropolítico, no alcanza a entender comportamientos que buscan, más bien, legitimar o expresar identidades. Son, como nos dice Calhoun, ``luchas por la significación'' que al valorar la dimensión afectiva de las prácticas culturales y sociales, la solidaridad y la cohesión grupal, se hace visible el peculiar sentido político de acciones análogas a las del arte, en tanto no persiguen la satisfacción literal de demandas ni créditos mercantiles sino reivindican las estructuras de sentido de ciertos modos de vida. [4]
No obstante, estos actos -aun cuando a veces logran eficacia porque se apropian de los silencios y contradicciones del orden hegemónico- deben llevarnos a preguntar de nuevas maneras cómo ascender hasta la re configuración general de una política cultural coherente con la realidad.
Después de esta experiencia no me queda más que rectificar que es posible a través del aprendizaje de formas artísticas y creativas que se debe abordar la gestión de una cultura que no corresponde a la de la mass media. Es solo en el encuentro de miradas fronterizas que podemos sobrevivir ante la ignominia de las políticas culturales naranjas que nos asaltan y encontrar caminos de salida para los proyectos culturales que redunden en la afirmación de nuestra identidades y la construcción de una historia no oficial contada desde varias miradas, de manera mas incluyente. Ya que como dice Jesús Martín Barbero:
“Colombia necesita un relato que se haga cargo de la memoria común, aquella desde la que será posible construir un imaginario de futuro que movilice todas las energías de construcción de este país, hoy dedicadas en un tanto por ciento gigantesco a destruirlo.”[5]
BIBLIOGRAFIA
García Canclini, N.; Ottone, E. y Batista, M. La Economía de la Cultura Iberoamericana. Edit. CEDEAL y OEI, España, 1997 Artículos “Gourmet multiculturales” de Néstor García Canclini Colombia : entre la retórica política y el silencio de los guerreros : Jesús Martín Barbero Jesús Martín-Barbero. COLOMBIA: ENTRE LA RETÓRICA POLÍTICA Y EL SILENCIO DE LOS GUERREROS Políticas culturales de nación en tiempos de globalización Economía y cultura, la tercera cara de la moneda memorias convenio Andrés Bello 2001 Pág. Web : OEI, El convenio Andrés Bello, La UNESCO, Observatorio interamericano de políticas culturales, PNA: plan nacional para las artes, fundación Mazda, Fundaciónes: Carvajal, Fullbright, Gugenhaing, Ministerio de cultura, Secretaria de cultura, Cajas de compensación; Red de gestores culturales del valle del cauca. Cultura y economía: los retos en juego de Pierre Sauvé. Dirección de Intercambios de la OCDE y Non-resident Fellow, Center for Business and Government – John F. Kennedy School of Government – Harvard University. Cali, diciembre del 2008 [1] Néstor García Canclini, Gourmets multiculturale, de su libro La globalización imaginada [2] El Acto creativo Manfred mcneff, chileno premio Nóbel de economía alternativa [3] Néstor García Canclini, Gourmets multiculturale, de su libro La globalización imaginada. El subrayado es mio. [4] ibid [5] Jesús Martín-Barbero. COLOMBIA: ENTRE LA RETÓRICA POLÍTICA Y EL SILENCIO DE LOS GUERREROS Políticas culturales de nación en tiempos de globalización
Es inevitable no pensar en los mecanismos de producción del teatro y más aún, en un mundo donde el pensamiento liberal y las teorías del libre comercio, hacen más difícil crear sin obtener esas condiciones básicas para producir. El artista tiene entonces que rodearse de profesionales capaces de apoyar desde sus disciplinas estos procesos creativos desde otros lugares como el marketing, los análisis financieros, las estrategias de rentabilidad. Para crear hoy en día, no podemos cerrar los ojos a cómo cualquier profesión requiere de estos conocimientos para subsistir. Es adoptar estas razones o simplemente, dejar de crear porque no se logran esas condiciones básicas de producción, e ir más allá y no pensar que el Estado es el único responsable y la única fuente de financiación.
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