lunes, 2 de diciembre de 2019

Los cuerpos no nombrados en el 2019




                                    TEATRO: Los cuerpos  no nombrados en el 2019

De la Loa al Rumor

A propósito  de  lo convulsionado del final de este mes de noviembre en nuestro país, he puesto atención al transitar de los cuerpos en resistencia, es innegable  darnos cuenta de cómo los cuerpos  de los colombianos y colombianas se pusieron  en la calle cambiando sus lugares cotidianos  en un estado de performance cultural de protesta. Caminado, danzando, tocando,  cazeroliando, en fin corazonado  una acción  del inconformismo.
Conocemos las razones que provocaron estas acciones,  pero lo que no leemos aún son los linajes de nuestros cuerpos  maltratados  y abusados, como se van  reflejan en cada paso que damos  hasta llegar algunos casos  a la muerte, como fue el  caso de Dylan. 
El es un un ejemplo de  cuerpo cultural ya que al morir, su cuerpo se transformó a cuerpo víctima, a un cuerpo colectivo que luego fuimos todos los colombianos.  Así como también éramos los líderes, campesinos e indígenas asesinados. Todos los tránsitos de estos cuerpos en acción hablaban del cuerpo como historia y memoria en lugar de representación. Recordemos que la historia de Latinoamérica está escrita sobre los cuerpos, ya sea por sus marcas desde la esclavitud o la inquisición hasta la adoración fetichista de sus partes por la religión católica.

Hablaré entonces desde mi cuerpo cultural en transitó entre marchas y teatros,   no  para comparar los  trabajos sino por compartirles un recorrido de voces femeninas  entre siglos de distancia  que me hablaron de un sentir de cuerpo histórico en la ciudad. Primero no era coincidencia que mi cuerpo transitara entre marchas y las butacas de dos teatros del centro de la ciudad.   La revelación  comenzó  en la lectura de los cuerpos culturales desde la historia  colonial, con la Loa del divino Narciso  hasta los cuerpos de la guerra actual en tiempos de paz con RUMOR .

Primero La Loa a El divino narciso (1690) antecede al auto sacramental El divino Narciso, de Sor Juana Inés de la Cruz (México, 1651-1695).  La pieza escrita en una mezcla de náhuatl y español, en 1689. La pequeña pieza está escrita en versos octosílabos con rima asonante, como los romances  y en ella Sor Juana pone en duda la utilidad de la conquista.  En el otro extremo de  la cartografía recorrida esta Rumor, Beca Ciudad de Bogotá de creación en Arte dramático en la categoría Directores de larga trayectoria IDARTES 2019 de Carolina Vivas y su Grupo Umbral teatro, donde se ponen en duda la alcanzada paz  y nos susurra  al oído la guerra interna que continúa día a día en el territorio colombiano
Loa
Los cuerpos transitaron siglos en clave femeninas por un lado Sor juan Inés de la cruz evidencia en La Loa al Divino Narciso, el tema de la conquista de América y la cultura indígena vs la religiosa, así como los efectos de la colonización española sobre el Nuevo Mundo, se mezclan tocando sutilmente aspectos fundamentales acerca de la violencia de estas épocas y la evangelización.

Esta forma de asimilación cultural tan audazmente elaborada por la monja era una forma de reivindicar al indio como sujeto cultural, además de problematizar las certezas de la Iglesia y la política de la época, situándose en una orilla evidentemente fronteriza. La lucha ante la religión católica y el poder en la evangelización se representó en duplas por los estudiantes de la Assab bajo la dirección Camilo Ramírez Triana.
Por otro lado Carolina Vivas en Rumor logro crear puntos de condensación del deseo entre el sonido, la imagen y el texto evidenciando las diversas estructuras  de poder que aún  nos atemorizan  en el país.   Un Cuerpo desnudo cruza el escenario mientras barre el espacio,  en el esta marcado :  “por puta”, pequeños gestos de los dedos masculinos recorriendo una niña, la violación de una muda,  la desnudez de un cura, son algunas de las imágenes que saltan como gritos de  lucha y parecen alertar la urgencia de la lectura de los cuerpos violentados en  esta guerra.  Y  son estos cuerpos que como botín de guerra son asumidos como pruebas de la oscura irracionalidad del mundo a la que pertenecen las  mentes de sus victimarios en Rumor es  legítimo el argumento para acabar el poder de la agresión.  La obra parece  exigirnos al público un examen minucioso a nuestro corazón,  un detalle infinito que  transforme realmente la concreción del deseo de resistencia.

Los relatos que se inscriben en el cuerpo de los actores de las dos obras que reseño son evidencia de la práctica cultural  que se vive en este ambiente de resistencia, esta práctica es  también lingüística, discursiva, y pasa en tránsito entre el cuerpo social y el cuerpo cultural, como si al ocurrir las representaciones  ocurriera un retardo histórico del criollismo y un no-lugar de la utopía americana, como un peregrinaje hacia un desequilibrio absoluto, hacia una verdad develada en susurro.


Algo más sobre las obras

Loa al Divino Narciso
Loa
La loa al divino narciso  de sor Juana Inés de la cruz fue estrenada  por el de sexto semestre de la ASSAB.  Dirección Camilo Ramírez,  vale la pena recordarle tanto al público  que asistió como a sus maestros, la importancia de esta autora y la validez en épocas  actuales de volver a escucharla. 
Solo subrayar su claridad sobre el concepto de mestizaje que ella proponía desde esa época, que va más allá de la versatilidad de su verso octosílabo y la precisión de su castellano. 



Es urgente hacer una lectura  americana de su palabra, aún hoy vigente desde la academia  para  que - En Pompa festiva celebremos al gran Dios de las semillas-!

Sor Juana Inés de la Cruz es la dramaturgia americana del siglo XVIII con, quien encabeza un pensamiento filosófico femenino a través de su poesía y por medio de su prosa, y escribió el “Primer Manifiesto feminista del Nuevo Mundo”. Esta gran mujer, pese a ser monja con votos de obediencia y humildad, enfrenta los lineamientos de toda una época destacándose como la primera mujer en el mundo hispánico que enfrentó razonadamente por medio del ensayo una defensa de la educación en las mujeres, como un medio indispensable hacia su liberación.

La voz femenina de Sor Juana Inés de la Cruz es así, altamente feminista, al enfrentar y cuestionar por medio de su obra el ordenamiento social que ha ubicado a las mujeres en posición de desventaja con respecto al hombre en su conocida Respuesta a sor Filotea. Sor Juana Inés de la Cruz, la cual llegó a representar sus obras incluso en la corte de Madrid, pero quedó relegada por largo tiempo hasta que fue rescatada en el siglo XX, ello a pesar de ser una de las creadoras más significativas de la América de su momento, en la que gozó de una gran celebridad, y cuya poesía teatral es uno de los aportes más significativos de la americanidad hispana.

Luego, entre los siglos XVIII y la mayor parte del XIX, la voz femenina parece minimizarse hasta el límite del silencio, un largo silencio de negaciones radicales. La misma figura de Sor Juana se eclipsa entonces. Y es sólo hasta el siglo veinte cuando el sorjuanismo mexicano y latinoamericano reivindica a la genial monja.  Debemos recordar que México es  una de las sociedades de mayor peso en el mundo colonial por tres siglos restringieron a las mujeres al hogar, al convento o a la iglesia.

Entonces, ella es la demostración de que La frontera del convento, para quienes me siguen en esta búsqueda de nuevos sujetos de interpretación, es una importante espacio para encontrar distintos textos dramáticos; y al incluir este texto en un programa académico como el de la Assab, da luz  que por fin se incluirán las mujeres dramaturgas de la historia en lo pensums académicos, ya no como inspiradoras sino como mujeres creadoras dentro de los márgenes establecidos en una sociedad altamente tradicional. 

Recordemos  porque Sor Juana quiebran el dominio masculino y colonial no solo al  realizar una actividad que se estimaba como prerrogativa propia de los hombres: la literaria. Sino por el adelanto de su  concepto de mestizaje cultural, recordemos El divino Narciso fue publicado y se representó por primera vez, en 1689 la Loa antecede al auto sacramental,  con el, Sor Juana pone en duda la utilidad de la conquista, por lo menos en su aspecto militar.   
La monja  hace del discurso criollo una construcción encabalgada entre diversas formas de discriminación, y aunque sea una reflexión sobre el origen de la nación, es este mismo posicionamiento el que tensa su discurso, ya que desde el espacio negado que le ha sido asignado por la dominación colonialista, aparece la pugna por hacer respetable su condición atípica.

Esperamos que el grupo, su director y la escuela sean conscientes de estos precedentes de la autora dentro de la investigación que realizaron para su montaje  además, de la validez de incluir la palabra americana en las academias nacionales sobre todo en estas épocas convulsionadas. Aplausos para su Elenco: Paula Fernanda España, Teyuna Victoria acosta, Valeria Castañeda, Linda lucero Villamizar, Lizbeth valentina silvestre, Cristian  Smith chitiva, Daniel Alejandro muñoz, Manuel Gonzales , Harold Barragan, Javier Felipe  Oyola  y Javier Camilo Rincon

Como segunda frontera tenemos a Rumor de Umbral teatro

Rumor
En la indagación que he hecho acerca del estilo de la escritora Carolina Vivas se encuentran imágenes comunes en sus representaciones, el baño observado de una mujer, los apagones súbitos, las intertextualidades en los testimonios de las víctimas,  las atmósferas sonoras que completan los significantes dramatúrgicos,  reconociendo en ellos un proceso creativo en la escritura del texto del espectáculo. 

En su trama retoma residuos de una individualidad alterada por las situaciones políticas y económicas haciendo asumir al receptor una tarea fronteriza del momento presente. Sus características narrativas se han reconocido por ser fragmentadas, conscientes de los excesos y de un rigor en la condensación de la imagen.  Así como el uso de testimonios de las víctimas  de la guerra  de este país.  En Rumor se demuestra como la escritora de la imagen , va complejizando su tejido dramático  logrando una exquisitez con la dramaturgia sonora y vocal;  si bien la teatralidad es evidenciada y nos aleja de la anécdota macabra del miedo de la guerra,  al mismo tiempo nos abre el corazón ante la cercanía con los cuerpos que representan la historia.

Es primordial abrir el corazón para poder sentir los pliegues de Rumor. La estructura propuesta desde la imagenes esta  en desequilibrio como ejemplo de la justicia del país,  a medida que avanza  la obra  se va desmenuzando la historia de cada uno de los personajes de una pequeño aldea del territorio nacional. Nos enfrenta al miedo desde la periferia de la violencia, que aún nos detiene como sociedad civil. Rumor imbrica un alto nivel literario con lo visual y lo sonoro,  hallado tanto en el texto de las víctimas  como en  los textos de la representación, a manera de una estructura de doble faz.

La escritura de Carolina Vivas muestra una insistencia obsesiva en las márgenes sociales que se enfrentan a ciertas perversiones de la guerra, como si construyera una poética del margen, de la línea. Le apuesta a la otredad, a la memoria rota, a los discursos no oficiales, a ciertas individualidades cautivas, siempre en tránsito. De pie aplaudo al  elenco de Rumor : Carolina Beltrán, Juan Pablo Acosta, Kelly Natalia Coca, Fabián Andres Mejía, Nataly Vázquez, Alfredo Aguilar, Juan Carlos Campos, Bibiana Hernández, Ignacio Rodríguez, Daniela Eugenia Vargas, José Luis Díaz, Karen Escobar, Marco Aurelio Vázquez y Daniel Rodríguez Vivas.

Y... ha la Salida

Ya  saliendo del centro y pensando  en ambas prácticas  teatrales  relaciono  su hacer  en los tiempos presentes de la semana que termina, ambas cerraron temporada ese fin de semana caótico de noviembre; ambas  obras  de autoría  femenina  con varios siglos de diferencia.  Si bien en las últimas décadas hay muchas obras que describen sobre la violencia de este país lo que diferencia esta unión  es que casi siempre los directores asumen sus relatos como literales, como si acercar lo más posible a los documentos de las  víctimas o el victimario los hiciera más válidos. Pero casi nunca se preocupan por evidenciar la impotencia de no ser escuchadas. 

Ambos universos  teatrales fueron parte del convivium cultural en el centro de la ciudad  y completan una cartografía receptora de voces subalternas en diferentes épocas . Yo con mi cuerpo  imbuida en la realidad social de la  última  semana, salí del teatro, a seguir  viendo los cuerpos sociales y culturales que se alertaban en las manifestaciones y me preguntaba:


¿Cómo puede un país vivir sin perdonar a los que nos hacen daño, a esos otros? ¿Desde qué parte del cuerpo  comprendemos este nuestro miedo, el linaje de violencia que nos antecede desde hace tanto siglos? y que tanto incluimos verdaderamente en el corazón estas voces para ayudar a la comprensión del país?  





Loa

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