`CAOS DEL ETERNO PRINCIPIO´:
Rutas
mágicas de la tribu Gitana del Itinerante del sol
Análisis de la OBRA:
“La tribu gitana, Melquíades y su mujer
sol-edad viajan mil años con unos pergaminos hasta llegar a Macondo”
de Beatriz
Camargo estrenada en julio del 2019
Por Liliana Alzate
Cuervo
CORO: “No tengo otra cosa que hacer mejor que el juego
y la fiesta.”
(La gitanería continúa el camino muy lentamente
replicando con estrofas del poeta, mientras se proyectan imágenes oníricas
sobre los hilos que caen de las alturas)
La gitanería se tomó El teatro mayor
este fin de semana el 5 y 6 de julio con el estreno de la coproducción del
grupo Teatro Itinerante del Sol y el Teatro Julio Mario Santo Domingo. Tal vez por mi propia condición de nómada o
porque -No tengo otra cosa que hacer,
mejor que el juego y la fiesta- esta última obra del Teatro Itinerante del
sol, me ha conmovido y como fiel seguidora del trabajo de la maestra Beatriz,
me he ido detrás de su tribu gitana, guiada por Melquiades a recorrer las rutas
desde el Oriente, Asia hasta América; y
como en todas sus creaciones he hecho parte del convivum,
de la ancestralidad de teatro y de una sanación del planeta; nuestro corazón se transformó y la posible identidad
que tenemos envolatada en estas épocas de post catástrofe pareció aflorar.
La estructura de la obra tiene una
estructura cuántica aunque su tiempo es circular ya que gira alrededor de la
fiesta. Consta de 7 cuadros que dan paso
a una caravana gitana que va recorriendo la historia trágica de la tierra. La
tribu nómada se convierte en sí misma en la esperanza del retorno a la
conciencia en “Un caos del eterno principio”.
La voz de Lorca como hilo conductor,
encarnada refinadamente en Janeth Rico, teje cada uno de los cuadros, así como
las imágenes pictóricas y fotográficas escogidas. Los textos, las coreografías,
la música y los coros de las mujeres, nos van guiando en rutas mágicas que entretejen
las poéticas de la belleza y la celebración; para finalmente enfrentarnos en encrucijadas
a la barbarie y la oscuridad.
Principalmente la tribu gitana, Melquíades y su mujer sol-edad
viajan mil años con unos pergaminos hasta llegar a Macondo, para lograrlo recorren varias rutas históricas: La ruta de las especies, la ruta de la seda, la ruta
de América, la ruta de los esclavos, la ruta de Mu a través de imágenes y voces
ancestrales .
Cartografías
liminales:
Actualmente, podemos afirmar que la
escritura teatral permite reconocer diferentes tipos de textualidad dramática:
la de la autora que en este caso es la misma directora, la del actor/actriz y
la del grupo. Entonces el acontecimiento escénico se interpreta tanto en el
texto dramático como en el de la representación, creando una nueva lectura de
la dramaturgia. Esta dramaturgia que aconteció
en las funciones, está viva, ya que aproxima al oficiante con el público creador
que en comunión componen una dramaturgia de resistencia ante el formato de espectáculo
teatral.
“¿Qué
puedo hacer…?, pues no me reconozco a mí
mismo.
No
soy del Este, ni del Oeste, ni de la tierra, ni del mar.
No
soy de la tierra, ni del agua, ni del aire, ni del fuego….
No
soy de este mundo, ni del próximo, ni del Paraíso, ni del Infierno.
No
soy de Adán, ni de Eva.
Mi
lugar es el sin lugar, mi señal es la sin señal.
No
tengo cuerpo ni alma, pues pertenezco al alma de la Amada.
He
desechado la dualidad… (poema Rumi, tomado Camargo 2017).
Suspendida en este estado me surge la
pregunta: ¿Cómo es que el impulso creativo de sus participantes permitieron la
construcción de una nueva forma de sanar el sentido del horror de la existencia
humana a partir del propio cuerpo en movimiento?
Entonces, desde ese matiz la obra y
su tribu me propone seguirlos en unas claves de lectura, que yo expongo en este
ensayo como: Cartografías liminales. Dicen los especialistas en la lectura de
mapas que: el papel del mapa es presentar
una imagen fractal de la realidad geográfica, entonces en este trabajo la
percepción común sobre la naturaleza de los mapas es que son espejos o
representaciones gráficas de algunos aspectos del mundo real. En este reflejo veo entonces varias líneas
interpretativas: El cuerpo
desterritorializado, la autora y su obra, la Imagen, el proceso creativo del
grupo, imágenes, voces ancestrales.
Líneas:
1
El cuerpo desterritorializado
En este viaje escénico se entiende el
cuerpo como una cartografía representacional de la: historia, memoria,
sexualidad, pasión, violencia, tortura y el poder. Pobladores ancestrales y
futuros se hacen presentes en el cuerpo-escenario. La obra nos invita, a
visibilizar en el cuerpo de las/los oficiantes la teatralidad de la existencia
humana, siempre en movimiento; los cuerpos están atravesado por múltiples fuerzas
de sus pensamientos, sus sensaciones, sus pasiones, sus deseos su propio
contexto cultural; desterritorializan sus propios cuerpos en escena.
Veamos
unos ejemplos:
Tenemos el cuerpo oscuro que amenaza
la armonía de cada cuadro y el cuerpo blanco semidesnudo que atraviesa el
escenario en un tiempo Butoh que los habita Ángela Sánchez, La Mora; el cuerpo de la poeta Gitana Papousza,
la cual relegada de su tribu por
atreverse a escribir poesía, es encarnada en la obra sutilmente por Roció
Ospina ; el cuerpo de la madre de la tierra de fuego es Liliana Godoy; el
cuerpo de Melquiades sobre el escenario es el cuerpo de la actriz-autora
Beatriz Camargo; el cuerpo de un Buendía
amarrado a un palo es Ignacio Prieto; el
cuerpo de las mujeres de negro, el
cuerpo de Lorca niño, el cuerpo-voz de Lorca muerto, el cuerpo de los músicos, el
cuerpo mascara; el cuerpo de la imagen
proyectada. En fin el cuerpo de toda la
tribu y el cuerpo del público que observa en vilo a estos cuerpos en escena descargando
energía sanadora.
Hay también cuerpos compuestos de
rutas dramáticas que se ligan con nuestra propia memoria como partes de este
gran cuerpo de la obra. Lo vemos específicamente con el sonido del tren y -sus tres mil cuatrocientos treinta y tres
muertos que van desde Macondo rumbo al mar-. En el cual la memoria colectiva atraviesa la
narración y nos invita no solo a recordar al nobel en el escenario sino a
nosotros mismos leyendo esa parte de la novela; evocando la memoria de nuestra
historia no narrada, que hoy pareciera querer ser borrada. A un tiempo, en otro lugar de la escena
tambores africanos y gaitas aborígenes rebosan de entusiasmo; irrumpe el
espíritu africano de François Mackandal
y se libera la historia de esclavitud, encarnado en el cuerpo de la actriz Carolina
Bejarano. A otro tiempo después sentimos el ahogo de los miles de judíos que
están siendo exterminados en las cámaras de gas en la II guerra mundial y
paralelo escuchamos la voz del poeta Lorca que advierte que será enterrado
vivo. Así es como los momentos cuánticos,
como bucles en el tiempo, pasa por nuestros cuerpos en la obra de los gitanos y
todo cobra sentido. Nos damos cuenta que somos parte del mismo cuerpo
compuesto, de la misma estirpe, de la misma humanidad.
Para ver como se anudan los mapas de sentidos
dentro de la obra detengámonos en otro ejemplo de cuerpos deterritorializados: una
mujer atraviesa en danza Butoh
el escenario varias veces y en otro momento es otro ser completamente cubierto
de negro que hace el opuesto marcando unas pautas en toda la obra. Este entrecruzamiento va trazando una ruta en
la escena; nosotros mientras la observamos buscamos en el corazón la relación que
tiene esos dos seres con las diferentes rutas que están siendo recorridas por
la tribu gitana. Y es en ese viaje de opuestos que se nos va develando un
cuerpo sombrío de la vida, personificando en ese ser oscuro y un lugar fértil
que emerge del desnudo blanco; En esa
dualidad de sentido vemos en el escenario a la vida naciendo y muriendo en la
oscuridad y la luz. Todo aquello sin forma, aquello que no se puede expresar en
palabras, lo inexplicable, lo destruido o desaparecido, algo que no se puede
ver pero se siente, como algo lleno de contradicción e irracionalidad una
sombría iluminación, algo como el `caos del eterno principio´ que impulsa y detienen
cada movimiento de los actos.

Los cuerpos de la obra tanto en
imagen como físicos resultan evidenciando una proliferación de espacios, dibujando
una cartografía universal de ciudades demolidas o en reconstrucción, de terrenos
baldíos en cúmulos de viguetas y de chatarra. Se abren espacios a los efectos
del miedo y de la angustia, pero también a aquella necesidad de renovación en
este tiempo de incertidumbre. Todo se nos revela, por un lado la caída de los
valores que anteriormente habían regido la vida en la historia de la humanidad
y por otro, la necesidad y el deseo de creación de algo nuevo dentro de la
misma territorialidad.
La tribu gitana se permite hacer
sonar las discordancias y las variaciones como un campo de resistencias en la
creación artística. En ella se revelan
el deseo de crear algo nuevo respecto a la tendencia de occidentalización cada
vez más creciente y a su vez, el de transgredir los valores tradicionales que
rigen el buen comportamiento de una cultura sumergida en la economía naranja.
La actuación contiene las
característica del trabajo del Itinerante por todos estos años y tanto las
invitadas de otros países Liliana Godoy, como algunos antiguos del grupo:
Gabriel Gonzalez, Juana Vargas y María Fernanda Orozco nivelan el camino
actoral en la escena. La tribu se mueve como pinturas hechas a mano y los
cuerpos se dibujan al óleo con las voces y los textos. La trashumancia del
dolor y los abusos en las masacres históricas de nuestro país se regresan al
vientre de la madre universal en forma de piedras; completando así una gran
desterritorialización de los cuerpos en el escenario.
2. La autora y su obra (literatura, arte y realismo mágico)
El llamado del dharma vuelve aparecer coherentemente en el trabajo de la maestra,
ahora decantando y liberador de sus propios miedos, al tejer la literatura, las
artes plástica y el realismo mágico en escena logra que todos sintamos una
segunda oportunidad sobre esta tierra.
Cantara nos propone un entretejido
complejo de la historia de la humanidad, con sus referentes literarios,
artísticos y todos sus años experiencia; dibuja mapas mágicos con sus músicos en vivo Manigua, Rock Mestizo y su grupo de dedicación exclusiva; demostrando, una vez más, su permanente
tenacidad para convocar corazones que confíen en el teatro trasformador de
conciencias. Como publico participamos de un ritual conmovedor y recién
“parido”, el cual nos involucra de tal forma que al final en las dos funciones
que asistí, los espectadores agradecen y asoman sus corazones conmovidos, son
tocados al unísono por una experiencia convival urgente para nuestro país
adolorido.
En la obra se reconstruyen espacios
oníricos de la autora Beatriz Camargo en todo su recorrido por las tablas. Los personajes que la han acompañado en su
trasegar por las tablas y las nuevas voces subalternas encontradas se van subiendo
al tren del Magdalena: Lorca, los pintores Brughel y Goya, los judíos, la poeta polaca Papousza, Lola Kiepja, la última chamána
de tierra del fuego, Aureliano Buendía, Melquiades, Mackandal el liberador de
la rebelión negra de Haití, Remedios la bella,
las mariposas amarillas de Mauricio Babilona, El papa y la corte Europea
de la época de la conquista, Los wayuu, los Pijaos, los cantos de los Gunadule, Chaplin y así compone su otra tribu.
Toda ella, Beatriz, la tejedora
mayor, siendo grupo nos llevan de vagón en vagón contándonos de nuevo nuestra
historia desde lo no dicho. Vamos recorriendo continentes, países, atravesando
fronteras impermeables del conocimiento. Olemos las especies y la sangre de la barbarie
humana que define territorios y separa seres de la madre tierra. Finalmente ella
y su obra lidera el derecho fundamental para amar, la confianza en la poesía
dramática y el respeto por la diferencia. Pareciera que Ella, Beatriz en la voz
de Federico: nos dice:-“Yo soy, yo amo,
yo veo, yo actúo, yo quiero. Cuando haya amado por siempre, conoceré. El amor
en mí conoce todas las cambiantes máscaras de la verdad.” (Camargo 2017)
•
El proceso creativo:
El grupo de creadores y su autora
Beatriz Camargo decidieron romper con el inescrutable texto del Garciamarquiano
y encontraron en el proceso creativo los movimientos escénicos. Para lograrlo
indagaron, sobre sus tradiciones más antiguas, sobre las rutas nómadas de la
humanidad y en las nuevas lecturas literarias sobre 100 años de soledad y su
influencia Wayuu, potencializando su creación a través de la improvisación y la
metodología de entrega escénica que ha caracterizado históricamente el trabajo
de 55 años de nuestra maestra. (Leer más
ver A corazón abierto Alzate 2015).
Los participantes analizan colectivamente las acciones de la obra en un
esfuerzo por comprenderla más allá de la gestación del texto de la autora.
Esta alternativa permite al grupo
como comunidad creativa conocer más lecturas y construir un conocimiento
holístico del territorio de la obra para que puedan elegir una manera más
asertiva de habitarla. Edificar el vínculo entre cuerpo y territorio representado
en la cartografía del cuerpo del actor/actriz, es lo novedoso de su metodología
de trabajo. Durante el proceso creativo se encuentra la estrecha relación entre
territorio y cuerpo escénico, son palpitantes los accidentes geográficos en las
zonas del cuerpo de los actores y actrices todos se relacionan con la Maloca de
Villa de Leyva, con los Valles, montañas, desiertos cundí boyacenses. Así como
temperaturas, climas y olores que se trazan en una trama íntima entre
territorio real vs territorio escénico.
Los 7 cuadros se elaboraron en colectivo
en un proceso de planificación participativa poniendo en común el saber
colectivo en círculos de palabra. Es un proceso democrático de construcción de
conocimiento a través de la trascripción de la experiencia de la escena y en
este caso los lugares nombrados en el texto: Mu-Ataisz Kitus Tiwanako Karal Tikal, Palenque, Ciudad Dorada, Titicaca, Boyacá, Chía,
Teherán, Antioquía, Ankara y Alejandría,
Damasco, Petra, Esmirna y Estambul, la
Dura Europos hasta la bella Palmira (Camargo,2017)
·
Individualidades
destacadas:
Los cuerpos en la escena despliegan
múltiples ejemplos del entrecruzamiento entre lo humano y lo territorial. Actores
y actrices son individualmente espejos de la interculturalidad de nuestro país,
pero al mismo tiempo componen un solo cuerpo liminal de la tribu gitana. Son cada uno las encarnaciones de los
personajes de este universo, habitan y desafían la escena, hacen que los sentimientos
brotan de las piedras, las lágrimas de los ríos; las palmas surcan los
desiertos en temblores y zapateos amorosos.
Amarelis (la abuela amiga de las
piedras) es Liliana Godoy, actriz argentina la de la bella palabra, visionaria,
la amiga de las piedras, da el significado de las almendras, al árbol de
macondo, y atesora los muertos de nuestras masacres en su vientre como un árbol
de vida.
Sol-edad: mujer del sol, acompañante eterna de Melquiades y
mujer visionaria, bailaora y cantaora es María Fernanda Orosco, no desfallece,
permanece con una luz especial en cada encuentro con los otros y con la escena.
La voz de Federico y también la reina Isabel de Inglaterra es Janeth Rico; que con increíble
fuerza escénica compone el texto en su cuerpo y encuentra su voz sublime.
Francois Mackanday: (El Espartaco negro) quemado vio en la revolución haitiana,
Historia no contada por los blancos. Fue orador, profeta y precursor de Haití,
conocedor de plantas y educado doctor. Su leyenda dice que es amo del fuego
transformador yes festejando en este
encuentro ancestral por Carolina Bejarano, que tiembla la libertad de los
esclavos y con vigor y entusiasmo danza el fuego en la escena a son de los
tambores en vivo de Manigua.
José arcadio Buendía y El
Papa es Ignacio Prieto es la cuota pausada de un tiempo y experticia
macondiana.
Mauricio Habilonia : es Gabriel Gonzales, un gitano que le
canta a lo femenino con amor y veracidad en la escena y también encarna la
clásica escena de Charlot alimentándose gustosamente de un zapato, reto que logra gratificantemente.
Papusza: es Roció Ospina, dar vida a la poeta Polaca después de
tantos años que su memoria y su obra fueron vetadas, olvidadas por su propia comunidad
Romaní es todo un homenaje. Roció
redescubre sus textos en escena advirtiéndonos en su emoción la exclusión y la
necesidad imperiosa de su escritura.
Los coros y voces:, narran y aconseja a los protagonistas,
tienen el poder de transforma la trama.
Ahí se destacan: Juana Vargas que trae el agua al tribu y Gabriela
Céspedes que con la elasticidad canta con su cuerpo de una manera vibrante, Y que
en unión con los músicos del grupo Manigua
rock mestizo: Carlos Roldan, Theo Rojas, Sebastián, Oscar, José miguel y
Cristian Garzón, Camilo Orjuela, Iván Guacaneme. Nos recuerdan a la estructura
griega.
Pero no podemos olvidar el carretel, de algodón que como objeto
mágico, funciona como otro personaje- ya que es el cordón umbilical con la
madre tierra, la pluma con que escribe la poeta Papurzka, el hilo que se teje y
desteje, que como una red que protege y ahoga según los acontecimientos. Él nos
dice en voz de AMARELIS: ¡Capotea todas las guerras, hasta rasgar el
velo que te separa de ti mismo!!! ¡Huye de las vergüenzas!!! ¡Tú eres el
carretel!!! (Camargo 2017)
3. Imágenes evocadas :
También es susceptible pensar la obra
desde las imágenes proyectadas, que como otra forma de liminalidad son una
certeza en este trabajo. Ellas tiene grabadas las huellas de la historia
universal cuadro a cuadro en tiempo real. Las imágenes tanto escénicas como pictóricas
y fotográficas elegidas revelan y ocultan rutas que profundizar la temática
vida-muerte.
Puntualicemos algunas de ellas:
La guerra: europea entre 1914 y 1918, bombardeos
entre 1939 y 1945, en Corea, en Vietnam, Irak, Serbia, y la persecución judía la
segunda guerra mundial (1933-1939).
Las pinturas: El fusilamiento de Goya, 1814, óleo
sobre lienzo, que represento los fusilamientos de patriotas El 3 de Mayo de
1808 en Madrid: Goya mostro sus ardientes deseos de perpetuar por
medio del pincel las más notables y heroicas acciones ò escenas de nuestra
gloriosa insurrección contra el tirano de Europa.
El triunfo de la Muerte es una de las obras más
conocidas del pintor flamenco Pieter Brueghel el Viejo. El óleo sobre tabla fue
pintado hacia el año 1562 de la Escuela flamenca del siglo XVI. Es una obra
moral que muestra el triunfo de la Muerte sobre las cosas mundanas, simbolizado
a través de un gran ejército de esqueletos arrasando la tierra. Esta pintura contiene
en detalle múltiples teatralidades que enriquecen pertinentemente este viaje de
la tribu.
La pinta del yagé:
imágenes
de ríos, selva, jaguar, anaconda, águila entremezclados con los cantos aborígenes, de
los tucanes y diostedé; Dialogan con el
ritual femenino de liberación que acontece en la escena por las mujeres de la tribu y sus fueguitos.
Imágenes de la conquista:
Una conquistador lidera una fila macabra, lo sigue una reverenda
madre que canta incesantemente; luego un
traficante vestido de blanco con anteojos oscuros y al final de la fila el ser de negro lee sin cesar, un listado interminable de categorías del mestizaje en las páginas de un inmenso libro :
- No te entiendo e india, ahí te estás;
Tente en el aire y mulata, albarazado; Español y morisca, albino; Albarazado e
india, barcino; Chino e india, cambujo; Barcino e india, campamulato; Mestizo y
blanca, castizo…..Blanco y requinterona de mulato, gente blanca; Lobo y china,
jíbaro…. Blanco y gente blanca,
limpios- (apartes del texto Camargo 2017) Este texto de la obra afirma,
cínicamente como aún no se establece la Constitución Política del 1991, que
proclamó los derechos de una nación pluralista y libre.
Según estadísticas del DANE :“ el 10.6 % de la población en Colombia es afrodescendiente, el 3.4
% indígena y el 0.01 % gitana. El 85 % restante es de naturaleza mestiza. En
Colombia se dio la mezcla de tres culturas tras la Conquista: indígenas
americanos, europeos —españoles, en su gran mayoría— y africanos. Como
resultado, surgieron los mestizos (descendientes de amerindios y blancos),
mulatos (descendientes de negros y blancos) y zambos (descendientes de
amerindios y negros). Al país también arribaron árabes, judíos y gitanos en menor
proporción..
Entonces según esta
aclaración oficial, la obra sustenta que el mestizaje es múltiple y tiene
muchos significados. Entre ellos propone
la imagen de un mosaico, hecho de diferentes elementos y procesos, que pueden
manifestarse dentro del cuerpo, dentro del ámbito familiar, así como dentro de
la nación.
Visto así, el mestizaje en la obra deja
espacios posibles a muchos elementos, en síntesis es un espacio de resistencia;
lo que implica desestabilización y movimiento de diáspora; el valor de entender
y vivir el concepto del mestizaje puede tener efectos de inclusión. Es una
lucha para ver qué va a ser incluido y que excluido, y para darnos cuenta hasta
dónde pueden retarse las jerarquías de poder.
4. Voces ancestrales:
Esta ruta de voces ancestrales
completa otra cartografía con las voces subalternas de la historia siendo ellas
mismas la memoria: mestiza, gitana del mundo. Recordándonos que el permanente desplazamiento
que vive el mundo en la actualidad tiene que ver con este estado de no
conciencia de la identidad.
En la obra se entremezclan los cantos
de lenguas: Gunadule
, Romi, Pijao, Wayuu, y los cantos Celman
de Lola Kiepja ,
última mujer chamán de la tierra del
fuego
y la voz de la poeta polaca Papousza. En la propuesta sonora que se intuye, del
trabajo que tratamos, no se trata de introducir un idioma diferente, sino de un
aumento en la cadencia y la longitud de los sonidos en el dialogo, asumiendo
así un estilo como de cántico. Efectivamente, la entonación varía y los sonidos
se alargan. Generalmente alguien dirige el discurso y el interlocutor
simplemente afirma con monosílabos o gestos; se les propone que profundicen en
próximas funciones en ese invertir los papeles de la voz y el canto para así
completar más precisamente la conversación en la escena.
Esta cartografía de voces ancestrales
estableció una conexión ancestral entre mi yo, el otro y el mundo de la obra y creo
demostró a todo el convivum, de esos días de junio, que todos venimos del mismo Linaje. Así como nos recuerdan las voces
Gunadule ´somos gente´ y con SOL-EDAD:
¡Somos tierra!!! Y nuestro cuerpo es uno con el cielo, nuestros pies, su pulso,
nuestra voz, su canto. Nuestra música,
hilo, con sed de los caminos.(Camargo 2017);
Esta ruta de voces ancestrales
nos lleva finalmente
a
la principal cualidad de la celebración de esta obra: “el cómo” nos cuestiona la
responsabilidad con la madre tierra, ¿que tanto pertenecemos a ella y a la
humanidad como comunidad?
Los ejecutantes de la obra pisan
firmemente las tablas, se enraizan en su textura y su densidad, es en esta
tierra simbolizada en el piso del escenario que compartimos, que danzan sus
cuerpos y nos recuerdan el deseo de estar siempre cerca a la madre, de pisar
con firmeza creando una intimidad singular con ella. Buscando reconocer la identidad y las raíces
de una sociedad que viajando en otras culturas, desde el sur de la India hasta
sur de América reconoce su mestizaje. En fin la obra en su temporalidad logra descolonizamos
la mente y el espíritu, a través del arte escénico. Podríamos afirmar que las voces femeninas de
la tribu Gitana del Itinerante del sol, son en una sola, la voz urgente de La
pacha mama; que nos alerta por sus Rutas mágicas sobre el `CAOS DEL ETERNO
PRINCIPIO´.
Entonces ya para cerrar este
escrito y para hacer conciencia del lugar que habitamos quiero que recordemos hoy su voz en los diferentes
personajes:
AMARELIS: Levántense, yo soy Tierra del Fuego, en Abyayala,
madre de las piedras, madre de las ballenas, madre del guanaco, madre del
viento este, del viento oeste, del viento norte, del viento sur. Levántate,
Sol-Edad. Levántate Melquíades. Yo soy tierra que los acoge.(Camargo 2019)
PAPOUSZA:
“¡Cuánta
miseria y hambre!
¡Cuánto
dolor y camino!
¡Cuántas
afiladas piedras se clavaron en los pies!
¡Cuántas
balas silbaron cerca de nuestros oídos!”.
“Amo
el fuego como a mi propio corazón.
Vientos
pequeños y fieros mecieron a la niña gitana y la llevaron lejos por el mundo.
La
lluvia limpió sus lágrimas
el
sol – dorado padre de los gitanos – las secó
y
hermosamente chamuscó su corazón…
Oh
Tierra, llena de árboles y mía,
yo
soy ella, tu hija.
Los
bosques y las praderas cantan,
el
río y yo combinamos nuestras notas en un himno gitano,
Iré
a las montañas con una preciosa y danzarina falda
hecha
de pétalos de flores y gritaré con toda mi fuerza.
Tierra
mía, tú fuiste lágrima,
fuiste
horadada por el dolor.
gitana-añoraba-nomadismo
como
un pequeño niño gitano escondido en el musgo.
Perdona
Tierra mía mi pobre canción,
mi
lamento gitano,
aprieta
tu cuerpo contra el mío, Tierra mía,
cuando
todo acabe, me entregaré a ti”.
(Camargo 2019)
SOL-EDAD: Vengo de Macondo, árbol de la vida, en esta
historia, soy su savia, soy el júbilo del agua circulando en los cauces de su
ser, vengo de sus raíces, del corazón de la tierra, vengo de sus ramas
acariciando el infinito.
CODA:
Agradecimientos de mi corazón mestizo
a la maestra Beatriz Camargo por su apertura y por su confianza en mí lectura,
al grupo y cada uno de sus corazones que se donaron para el proceso y las
funciones en el teatro, a las fotos de Mark Litwicki +57 318 508 1387
(Colombia) cedidas por Victoria Cedeño y claro a la magia del teatro que
sigue invítame a Explorar espacios internos y externos guiados por estos
"mapas liminales" aquí propuestos. Con los cuales intente seducir como punto de partida a los lectores y lectoras de este escrito para
que ojala se dejen atravesar por el
cuerpo - territorio escénico de esta tribu gitana y encuentren más rutas para ver la obra de la Maestra Camargo,
y tal vez y gritar juntos
en una próxima función : “Tierra
tan sólo. Tierra. Tierra para todo lo que huye de la Tierra”. FIN
Se terminó de escribir Chía 9 de
julio del 2019